Trabajar en equipo no es fácil: no hay más remedio que relacionarse con unos compañeros que no siempre son tus mejores amigos, y hay que aprender a distribuir las tareas entre todos tratando de sacar lo mejor de cada uno. Es preciso saber negociar, y eso implica el poder defender tus ideas sin faltar el respeto, ceder cuando otro ha tenido una idea mejor, y reconocer los fallos sin miedo a los reproches.
Este proyecto nos ha ocupando el tramo final del curso. Fueron unas semanas intensas en las que nos enfrentamos el "gran reto", y podéis estar orgullosos de lo que habéis hecho. A modo de resumen, os dejo este vídeo donde se puede comprobar de qué pasta están hechos los alumnos de primero de ESO.
¡MUCHAS FELICIDADES!